lunes, 14 de mayo de 2012

A little world.


    Libros, siempre pedí libros, cumpleaños, Reyes, eventos importantes... Quizá os preguntéis por qué. Fácil, en cada libro que abro, leeo y acabo encuentro seres maravillosos que me enseñan cosas.
Harry Potter, por ejemplo, con esos libros aprendí mucho más de lo que os podáis imaginar. Con cada personaje, aprendía ver las cosas de una manera distinta, a sentirlo diferente.
No soy la única que ama esa saga, casi todos lo hacen. Porque J.K. Rowlign nos enseñó cosas diferentes en cada libro.
Con Harry aprendí el valor de la amistad.
Con Hermione el amor por los libros.
Con Ron a descubrir que es normal tener miedo a las arañas.
Con Fred y George que los malos momentos no siempre tienen que ser malos.
Con Lilly, el amor de una madre.
Con Colagusano, que hasta el más débil puede llegar a ser fuerte.
Con Dumbledore, que todos merecemos una segunda oportunidad.
Con Snape, todo lo que harías por amor.
Con Neville, que con perseverancia, todo se puede conseguir.
Con Luna, lo maravilloso que es creer en lo que nadie cree.
Pero no todo eran enseñanzas.
También lloré cuando murió Dobby, Sirius, Remus, Tonsk... pero quizá, dónde más derramé lágrimas fue en la muerte de Fred, odié por un instate a Rowling, no podía creerlo, Fred, mi Fred, había muerto.

Harry Potter para mí es algo más que una historia, o un libro muy gordo. Gracias a él, apendría a ver los libros como amigos, no como algo aburrido que solo hacen las ratas de biblioteca. Leer es mucho más, y en cada libro... ¡ah! En cada libro tienes un montón de nuevas aventuras listas para hacertelo pasar en grande.

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