miércoles, 24 de abril de 2013

Quiero que alguien me abrace y me diga que todo irá bien.

    Y dime de una vez que fue lo que nos pasó, que fue en lo que fallé. Dime de una ve si fue la distancia o simplemente fue que se nos acabó el amor. Dime si hubo otra. Si ahora estás con ella. Dime si me echas de menos. Dime si extrañas mi risa como yo extraño de la tuya. Dime si todavía te despiertas con ganas de hacerme el amor, tal y como me pasa a mí cada noche. Dime si has llorado tanto como lo he hecho yo. Dime si has conseguido olvidarme de una vez. Dime por qué duele tanto. Dimelo.

martes, 19 de marzo de 2013

En busca de sueños perdidos que se quedan en eso, en perdidos.

    En el horizonte las estrellas brillan, burlonas. Me desafían a perseguir mis sueños. Yo lo intento, pero otra fuerza ilógica no me lo permite. Lucho incansablemente contra ella. ¿Por qué no me deja perseguir los sueños? ¿Por qué me quedo quieta, sin hacer nada? Me doy por vencida antes de empezar. Y mientras tanto me digo a mi misma que soy cobarde por no perseguir lo que más deseo.
    ¿Lo soy realmente? Nunca me lo había planteado, hasta hoy. Quizá sea la razón por la que me echo atrás con facilidad. Siempre tengo miedo a todo lo que me rodea. Si algo escapa a mi perfecto autocontrol, se desmoraliza. Cobarde. La palabra resuena en mis oídos. Cobarde. Suena cada vez más fuerte. Cobarde. Otra vez, una y otra vez. No paran. Duele, pero no hago nada por cambiarlo, al fin y al cabo... Soy una cobarde.


domingo, 17 de marzo de 2013

Finales alternativos.

   Hay miles de finales, pero estoy segura de que simplemente uno será el que nos marque para siempre. Ese final que nos hará sonreír cuando estemos mal o, por el contrario, hacernos estar mal cuando mejor estemos. Es todo tan subrealista... Aún así la gente tiene la razón; hay finales que marcan. Yo tengo que claro cual es el mío.

domingo, 3 de marzo de 2013

Dicen que lo que no te mata, te hace más fuerte. En mi caso simplemente me hace agonizar.

   He llegado a ese punto en el que todo es más fuerte que yo. Tocando a veces un límite que nunca pensé que podría llegar. Donde muchos PUEDO se convierten en NO PUEDO. Donde muchas veces mi confianza con el mundo es inexistente porque las barreras que estoy creando cada vez son más poderosas, más gruesas. Infranqueables. Me siento cada vez más alejada de todos, a mil millones de kilómetros y todo recto hasta el final.
   Dicen que cada error te hace más fuerte, que aprendes a sobrellevarlos mejor. Yo, sin embargo, me debilito con el tiempo. No aprendo; mejor dicho, no quiero aprender. Me quedo paralizada en el momento en el cual ocurre todo, me sumerjo millones de veces en él. Da igual si es doloroso e insportable, yo lo hago. ¿Por qué? No lo sé, no con seguiridad. Supongo que soy masoca o simplemente me gusta regodearme en mi dolor.
   No me gustar estar así. No tengo muchas metas en la vida. Me limito a intentar llegar al día siguiente. Dejo correr el tiempo lo máximo posible, las agujas van marcando lentamente el tiempo que queda para que se acabe el día. Cada "tic" o cada "tac" es un segundo superado. Pero quizá llegue el momento en el que esos segundos sean más agónicos de lo normal. No sé qué pasa entonces. No sé si en el fondo lo sé o no, no quiero saberlo.


Tengo muchas preguntas pero no tengo ni tiempo ni ganas para responderlas.



sábado, 23 de febrero de 2013

Me estoy ahogando y no sé como salir.



   Todavía sigo intentando supertarte y no se me hace fácil. Intento ser fuerte pero en muchas ocasiones me rompo. ¿De verdad es tan complicado dejar de querer? Hace un par de meses habría dicho que con rotundidad, ahora me lo pensaría mucho mejor de lo que crees. Son demasiadas las noches en vela, los lloros, las ganas de dejar de importarte todo lo que antes te importaba. Lo que peor llevo es obligarme a no quererte. Forzar esos sentimientos y convertirlos en otros. Sé que es difícil porque a mí todavía se me entrecorta la respiración al verte. Se me mejora al día con un simple "hola" tuyo. Y eso es lo complicado.

   Pero ya está, el daño ya está hecho. Las heridas siguen abiertas, cierto, pero estoy haciendo lo que sea para cerrarlas. Necesariamente uso otras heridas para lograr cicatrizar estas. No suele funcionar demasiadas veces porque el dolor es tal que me consumo entre tantas emociones. Es como echar sal en las heridas. A pesar de todo, no me importa.


lunes, 11 de febrero de 2013

Heard vs heart.

    Y por mucho que lo intente, no podré olvidarme de ti tan facilmente como creía. Siempre que pienso que todo está bien me equivoco. Cada vez que creo que te he olvidado, vuelves para recordarme que estás aquí a cada minuto que pasa. A veces escuchar canciones no me ayuda, la gran mayoría habla de amor o de desamor. De esas cosas que yo pensaba que eran tonterías de escritores y cantautores. Pensé que las habría comprendido bien. Yo, que antes mis únicas pasiones eran la lectura y la música, las cuales fueron sustituídas por las ganas de quererte. Yo, que era de aquellas crías que me reía de la gente que sufría por amor. Yo, que ahora me paso días enteros sin saber ni donde estoy solo para no tener que pensarte. Yo, que a todas horas te pienso. Yo, tan estúpida, insegura e hipersensible como siempre.
 
    Cada noche creo que toda cambiará, que todo esto es una pesadilla. Cada mañana me intento converncer a mí misma que todo irá bien, que los malos momentos se cambiarán por unos buenos. Me miro al espejo, me sonrío y me miento. Intento ser fuerte por lo demás, no por mí. Muchas noches no duermo. Ahora entiendo por qué la gente decía: "Mi insomnio lleva tu nombre". Recuerdo cuánto me reía yo de ellos, llamándoles estúpidos. Dado que mi visión del amor era demasiado espeluznante.

    Nunca confié en esos chicos que te prometían amor eterno. Pero tú... Fuiste especial desde el minuto cero. Confié. Y me tropecé por tonta.

.Me toca aprender a vivir sin ti, no es fácil, pero tampoco es imposible.






domingo, 27 de enero de 2013

Dolor.

  Estaba harta de sus problemas. Harta del mundo que no paraba de follarla día tras día. Harta de todos. Harta de ella misma. Sí, sobre todo de ella misma. Cada día hacía un tachón en su diario. "Día superado" pensaba con sarcasmo. Pero cuán lejos estaba todo de la realidad. Nada estaba superado. Ella lo sabía mejor que nadie. Mañana tras mañana se levantaba y hacía el mismo ritual. Luego enfilaba la puerta de su casa para ir a un instituto de mala muerte. Allí fingía escuchar a los profesores y a sus compañeros. Enrealidad se comía la cabeza con más de sus muchos problemas. Seis horas diarias interminables. De lunes a viernes. Los findes de semana no eran mejores. Solo un poco más soportables. Podía llorar a sus anchas, sin tener que contener las lágrimas. Eso en el instituto estaba más que prohibido porque empezarían las preguntas... que ella no iba a contestar.
  
  
   Ahora que lo miraba todo en retrospectiva no parecía tan difícil. Ahora que otra clase de dolor la dominaba era todo más sencillo. Miró sus muñecas ensangrentadas, producto de los cortes que se había hecho presa de una amargura más fuerte que cualquier otra cosa que había sentido hasta ahora. Lentamente un extraño cansancio se apoderó de ella. Cerró los ojos. Por fin encontraría un poco de paz.