domingo, 3 de marzo de 2013

Dicen que lo que no te mata, te hace más fuerte. En mi caso simplemente me hace agonizar.

   He llegado a ese punto en el que todo es más fuerte que yo. Tocando a veces un límite que nunca pensé que podría llegar. Donde muchos PUEDO se convierten en NO PUEDO. Donde muchas veces mi confianza con el mundo es inexistente porque las barreras que estoy creando cada vez son más poderosas, más gruesas. Infranqueables. Me siento cada vez más alejada de todos, a mil millones de kilómetros y todo recto hasta el final.
   Dicen que cada error te hace más fuerte, que aprendes a sobrellevarlos mejor. Yo, sin embargo, me debilito con el tiempo. No aprendo; mejor dicho, no quiero aprender. Me quedo paralizada en el momento en el cual ocurre todo, me sumerjo millones de veces en él. Da igual si es doloroso e insportable, yo lo hago. ¿Por qué? No lo sé, no con seguiridad. Supongo que soy masoca o simplemente me gusta regodearme en mi dolor.
   No me gustar estar así. No tengo muchas metas en la vida. Me limito a intentar llegar al día siguiente. Dejo correr el tiempo lo máximo posible, las agujas van marcando lentamente el tiempo que queda para que se acabe el día. Cada "tic" o cada "tac" es un segundo superado. Pero quizá llegue el momento en el que esos segundos sean más agónicos de lo normal. No sé qué pasa entonces. No sé si en el fondo lo sé o no, no quiero saberlo.


Tengo muchas preguntas pero no tengo ni tiempo ni ganas para responderlas.



2 comentarios:

  1. me pasa algo similar a lo que escribes y me gusto mucho como te expresas un besito te espero por mi blog♥

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