Es un constante tira y afloja.
Nos vemos, sonreimos y giramos la cabeza como si no tuvieramos nada que ver el uno con el otro. Cuando hace falta nos tratamos de la peor manera, disimulando para que nadie sospeche.
Luego nos encontramos de forma apasionada en mi portal, o en el tuyo. A veces acabamos en la cama.
Era divertido mientras todo el mundo lo ignorara y nadie sospechase nada. Mientras nuestra única preocupación fuera irnos antes de que pudieramos controlar la lujuria que nos embarga al vernos.
Pero una ya se cansa de este juego, que parecía divertido, pero ya no lo es. No soporto tener que ponerte mala cara cuando estoy con mis amigos, solo porque ellos no te soportan, no soporto tener que ver como te lías con unas y con otras delante mía solo para hacerte el guay con tu grupo, me gustaría enormemente ser yo una de esas chicas, que lo podamos hacer sin tener que ver como se enfandan con nosotros.
Era divertido ver como todos se nos quedaban mirando cuando te levantabas y decías que tenías hambre, y yo como un relámpago decía que me tenía que ir.
Era divertido ver el amanecer contigo al lado, haciendo dibujos en mi espalda, mientras yo enredaba con el hilo suelto de las sábanas. Eran divertidas tantas cosas...
Era un juego peligroso, ambos lo sabíamos, pero nos arriesgábamos porque pensábamos que eramos inmunes a todo.
Nos equivocamos.
Y ahora cargamos con las consecuencias.
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