domingo, 18 de marzo de 2012

El dinero mueve a la gente.

 Si alguien viene un día diciendo que él no se vendería por un fajo de billetes, esa persona miente. Todos tenemos un precio, y aunque no lo sepamos, alguien sí lo sabrá. Y esa será su arma más especial y mortífera de la que no puedes huir.

 Será un día inesperado, te ofrecerán algo a cambio de dinero, mucho dinero. Da igual lo que sea, puedes traicionar a tu mejor amigo, o amiga, pero las riquezas que conseguirás... Serán mejor que cualquier amistad.
Date por perdido entonces amigo mío. Nada de lo que creías se cumplirá. Tu mejor amigo se enfadará, el que te puso precio se esfumará y tú estarás solo para los restos. Pero te lo mereces. Deberías de haberte dado cuenta en su momento de tu precio. De tu debilidad. E intentar arreglarlo.

Era tu decisión sí, pero al fin y al cabo todos caemos en la tentación. Porque tenemos un precio, lo mejor es no saberlo, y cuando lo sabes.
Estás perdido.

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