lunes, 16 de abril de 2012

Music.

  Unos acordes, unos simples acordes forman la canción más bonita sobre la tierra. Su melodía es sencilla, no tiene mucha complicación, pero para mí son las mejores del mundo.
Me recuerdan una y otra vez lo vivido, lo perdido y lo que está por llegar. Que no hay que perder la esperanza, que esta siempre está dispuesta esperar el momento apropiado para aparecer.

Lo más bonito es quizá que esa melodía está está solo en mi mente, repitiéndose de forma inconexa cuando más desesperada estoy. Buscando cualquier escusa para aflorar por mis cinco sentidos.
También aparece cuando estás cerca, pero eso lo hago yo aposta.

Me encanta sentarme en mi cama, con la guitarra al lado, tarareándola, porque me hace sentir cosas que creí peridas.
Besos, caricias, abrazos, regalos... Es una de las pocas veces en las que puedo recordarte sin dolor, sin temor a que esa herida me haga derrumbarme.
Sí, puede que esté loca, pero no sé la canción en sí me encanta, casi tanto como tú.

Puede que mis amigas me digan que por qué me gustas, me gustas por mil formas distintas, igual que la melodía es distinta de mil formas. Esas formas las vamos moldeando, juntos o por separado, me da igual.



No son unas simples notas, forman parte de mi vida y de la tuya, ahora que van de la mano.

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