jueves, 20 de diciembre de 2012

Las matemáticas son más fáciles que el amor.

   En las matemáticas todo tiene un porqué y una razón mas que lógica. Siempre es la misma formula, y si te equivocas puedes repasar y cambiar el signo negativo a positivo y el resultado será el acertado.

   En el amor todo es mucho más complicado que eso. No puedes cambiar nada por mucho que quieras. Esa persona de la que te enamoras y que ahora se conforma con un simple "seamos amigos" no puede volver a ser lo que era. Tienes que soportar ver como otras tontean con él mientras tú te mueres de celos todo el rato. Contemplar como las conversaciones, esas que duraban horas, ahora duran escasos segundos, un simple "ḧola, ¿qué tal?" seguido de un simple "perfecto".

  
    Ver como esos "para siempre, pequeña" tenían fecha de caducidad.
  
    Siempre he pensado que las matemáticas eran la cosa más complicada del mundo. Ahora puedo decir que no hay nada más complicado como el amor, donde el signo no se puede cambiar, porque el resultado siempre suele salir negativo.

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