sábado, 8 de septiembre de 2012

Darkness.


  Vuelve a ser de noche. La oscuridad es demasiado aplastante en estos momentos. Sinceramente... no sé qué esperar de esta noche. Dudo que haya algo especial. No va a venir mi hada madrina con un traje estupendo, listo para ponérmelo e ir al baile para luego tener que correr a las doce, dado que se me acaba el hechizo. Cansa. Cansa ir de princesita. De doña perfecta. Esperando al príncipe azul que te hará feliz y comer perdiz. En el fondo, aunque lo neguemos, todas esperamos al príncipe de sus sueños. Poder perder el zapato de cristal. Junto con todo lo demás. Y que él te lo devuelva con un beso incluido.
   
   Pero hoy... hoy no voy a dejar que otros escriban el cuento de mi vida. Yo, imprefecta. Yo, caprichosa. Yo, soñadora. Dejaré atrás todos los mitos y toda la fantasía por la cual sufrimos. Hoy, directamente, seré yo quien decida qué me va a pasar, con quién y cómo. Y si el destino intenta arrebatarme el cuaderno en el cual estoy escribiendo mi propia historia, se lo arrebataré con mucha satisfacción. Porque a lo que no estoy dispuesta ya, es de ver como otros deciden por mí.

    Y si me llevo más palos de los acostumbrado, será porque yo lo haya decido. Y a nadie más que a mí le tiene que importar.

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