domingo, 4 de diciembre de 2011

1 de Diciembre.

 Estar en clase tan tranquila y notar un mal presentimiento, y justo en ese momento llega la conserje diciendo que me buscan mis padres. ¿El por qué? Que una persona a la que quería muchísimo se había ido a hacer un viaje... del que nunca podrá regresar.
 Como me sentí en ese momento, todo lo que pensé... fue que no era justo, que la vida no hacía más que ponerme pruebas, que nada de esto podía estar pasando, mucho menos a mí. Pero cuando bajé y vi la cara de mis padres... me derrumbé.
 Mi abuelo, mi compañero de cumple, el que siempre me hacia bromas... ya no estaba, sentí un vacío muy raro en el pecho. Lo único que también sé es que no podía parar de llorar, y caí en un mundo lleno de espirales del que no podía salir.
 Y me puse a recordar cosas, como por ejemplo cuando yo tenía unos seis años y mi abuelo estaba bebiendo vino, yo no sabía mucho de esas cosas, pero pregunté que si era Coca-Cola y él me dijo que sí; entonces yo bebí y lo escupí corriendo, porque el vino estaba malo no, lo siguiente.
 También recordé todos mis cumpleaños, por lo menos desde que tengo memoria, él siempre me llamaba a las 7 de la mañana porque los dos somos muy madrugadores, nuestros cumpleaños juntos, con la tarta con nuestra foto juntos... y eso ya nada, no podremos celebrarlos más, y eso me duele mucho.
 Y eso me hizo llorar más y más, pero por un lado tengo la esperanza de que donde quiera que estés me estés cuidando, y apoyándome. Que sé que sabes que yo siempre te he querido mucho, y que espero con ilusión el momento en el que los dos nos encontremos.
Te quiero muchísimo.

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